La Clínica Santa Lucía fue la primera clínica clandestina de los organismos represivos de la Dictadura Cívico-Militar entre los años 1974 y 1976. El personal estuvo a cargo de la DINA, máxima responsable del terror contra la población civil, en especial contra militantes de los partidos y movimientos de izquierda y seguidores del Gobierno popular de la Unidad Popular.